Los testigos de Jehová constituyen un grupo religioso cristiano, fundado en EE.UU., a finales del siglo XIX, caracterizado por ser: a) fundamentalista (el más radical, proclamando a sus miembros como los únicos verdaderos cristianos y aceptando creencias polémicas), b) antiecuménico (despreciando a los demás cristianos), c) antitrinitario (negando la doctrina de la trinidad), d) apocalíptico (afirmando que ya empezaron los eventos del Apocalipsis), y e) milenarista (sosteniendo que Cristo reinará por mil años).
En concordancia con sus actitudes radicales, discriminativas y sectarias, ellos se destacan por defender creencias polémicas (muchas basadas en interpretaciones bíblicas cuestionables o erradas y pasajes distorsionados de su Biblia), y rechazar varias costumbres contemporáneas (por provenir de prácticas y ritos paganos).
Por otro lado, además de polémicos, los testigos de Jehová son sumamente exitosos, siendo uno de los grupos religiosos de mayor crecimiento a nivel mundial. Hay varios factores que han influido en su éxito, relacionados con el funcionamiento de su organización, la cual: responde adecuadamente ante necesidades sociales insatisfechas, maneja principios de empresas visionarias, logra abordar apropiadamente temas complicados con fines académicos y prácticos, implanta a sus afiliados un nuevo estilo de vida, y promete el fin de las injusticias y la salvación.
No obstante, la manera de proceder de los testigos de Jehová es contraria al verdadero mensaje cristiano de amor, paz, perdón, reconciliación y unión.