Después de la Batalla de Carabobo, no hay otra confrontación más importante por la lucha de nuestra independencia, que la "Batalla Naval del Lago de Maracaibo"; donde se cubrió de gloria el marino neogranadino, Almirante José Prudencio Padilla. Fue una hazaña sin precedentes, porque "eliminó de un plumazo" la hegemonía que sobre los mares del Caribe, mantenía la poderosa flota española; y por si fuera poco, selló definitivamente nuestra independencia con la capitulación del sanguinario Francisco Tomás Morales. ¡El último Capitán General de Venezuela...! Si bien Bolívar, con el apoteósico triunfo del 21 de junio de 1821 en Carabobo, derrotó a las fuerzas terrestres españolas; todavía se conseguían focos remanentes de soldados de infantería, que soñaban con el resurgimiento de las fuerzas reales, al mantener la supremacía y el control de una zona clave, como la provincia de Maracaibo. El Almirante Padilla, que en inteligencia y valor no tenía nada que envidiar a los mejores soldados venezolanos y granadinos, fue un militar incomprendido; que fue fusilado por los lamentables acontecimientos del 25 se septiembre de 1828, donde hubo un intento de homicidio contra el Libertador Simón Bolívar. La mala suerte para el Almirante Padilla, fue que sus seguidores escalaron la cárcel donde le mantenía detenido por otros sucesos en Cartagena; y dieron muerte al Coronel José Bolívar, aparentemente pariente del Libertador, que custodiaba al líder pardo, nacido en Riohacha. No es, como algunos historiadores han señalado, que Bolívar no le perdonó por racismo; porque si así hubiese sido, nunca hubiese llegado a ser Almirante por su origen mestizo. También influyó, que durante ese asalto,, también dieron muerte entre otros allegados a Bolívar, a su edecán inglés Guillermo Fergusson. Según datos suministrados por historiadores de la época, el asesino de este último fue el inefable traidor Pedro Carujo, que inexplicablemente no fue fusilado; a pesar de ser junto al vice presidente Santander, de los principales organizadores del ma