En el Feng Shui se estudia el equilibrio. Se hacen observaciones del espacio, entorno, colinas, cursos de agua. En las personas que ocuparan esos espacios, a través de sus fechas de nacimiento se equilibra su campo magnético al entorno y al espacio y se determina su conveniencia.
Los planetas no se pueden detener o reorientar de sus cursos, pero el semblante del paisaje se puede cambiar, para bien o para mal.
Cualquier interferencia en el terreno, sea la construcción de canales, creación de hogares, edificios, túneles, colocación de líneas férreas, que distorsionan el equilibrio del espacio, origina calamidades en otros espacios naturales en equilibrio con éste (sequias, inundaciones, franas, temblores), también en la estructura de lo creado y en las personas que trabajen o vivan allí.
Los cambios medioambientales a veces son de tan terrible escala y es una gravísima irresponsabilidad humana, que siendo consciente de esto, desequilibren indiscriminadamente los espacios cargándolos de stress, tanto que ya afecta al planeta a gran escala.
Incluso los antiguos sabían que la construcción de Altas Torres, traía como consecuencia la creación de vientos racheados de imprevisible fuerza, o que la excavación de pozos, provocaría que se secaran ríos.
En China se estudió, como la influencia caprichosa en ?viento y agua? era constantemente afectada y equilibrada por las alteraciones y contornos de la tierra, por lo tanto, también influenciara en una materia tan frágil como la humana.
De allí su nombre ?Feng Shui? que equivale a ?Viento Agua?.
Sus principios están basados en los preceptos del LI SHU o Libro de los Ritos, libro sagrado que guarda como una reliquia las doctrinas básicas de las creencias dogmáticas chinas. Corresponde con el orden, la armonía del cielo y de la tierra, y con los mejores modos con los que la humanidad puede guardar intacto el equilibrio de la naturaleza.