Mi marido, el Alzheimer y la Cuarentena

Como se sabe, son los miembros de la familia los primeros que se dan cuenta, que algo anormal está pasando con el ser amado que sufre la enfermedad. Se nota su deterioro cognitivo y los cambios de personalidad que se le presentan.

La ventaja que tuve, en este nuevo rol que enfrenté con mi marido enfermo de Alzheimer, es que asumí la responsabilidad como cuidadora principal, apoyándome en mi condición de Orientadora, en lecturas de libros y guías referentes a esta enfermedad.

La demencia implica, un incremento de atención y compromiso que cubra todas las necesidades de seguridad, que requiere el familiar enfermo que tengamos a cargo. A quién se le olvidan las cosas y uno por lo general lo achaca a la vejez o edad avanzada, pierde la capacidad de enfrentar sus acciones y su propia existencia. En definitiva, el conocimiento se le vuelve una montaña rusa.

Es aquí donde necesité la integración y ayuda de familiares y personal de atención especializada en el área. Cabe mencionar que la infancia de Julio fue saludable y feliz a campo abierto, donde correr y jugar con familiares y amigos fue su prioridad.

A pocos días de fallecido Julio, vivo momentos sumamente delicados y tristes por su pérdida, con él compartí casi 50 años de vida conyugal. Esto aunado al encierro, motivan en mi la idea de ocupar mente y tiempo, en escribir un libro recopilatorio de su vida.
Julio: Hombre de gran visión productiva, trabajó dentro de "Vengas de Venezuela, S A". Durante 36 años, Viniendo del campo, y con estudios sueltos, alcanzó grandes metas y triunfos. En esta Empresa donde escaló hasta el penúltimo escalafón en su carrera gerencial. Acá recojo sus vivencias durante estos últimos siete meses de su existencia, en encierro por la Cuarentena del COVID-19.