Ésta es la pregunta más difícil formulada por los filósofos, en distintas épocas: ¿Cuál es el sentido o significado de la vida humana? La misma obliga a reflexionar acerca de los grandes misterios existenciales y plantear varias interrogantes sobre el origen, propósito y destino de la humanidad. Incluso, no hay una respuesta exacta a esta inquietud, considerando que el sentido de la vida es sumamente difícil de determinar, y a la vez, cuenta con dos componentes (general, establecido por el Creador, y particular, delimitado por cada quien).
A lo largo de la historia, los filósofos griegos, religiosos, teólogos, filósofos modernos, psicólogos, psiquiatras, académicos e investigadores han tratado de descubrir cuál es el significado de la vida humana. Actualmente, predominan tres puntos de vista:
1. La vida sí tiene sentido.
2. La vida no tiene sentido.
3. La vida puede tener un sentido.
Magistralmente, el Dr. Viktor Frankl avaló la primera hipótesis y también presentó argumentos contundentes para rechazar las dos últimas, siendo el único investigador que ha dado explicaciones satisfactorias sobre este tema.
Finalmente, el mayor desafío para cualquier ser humano es descubrir el significado de su propia existencia, lo cual le permitirá disfrutar de una vida plena y satisfactoria, en concordancia con el cumplimiento de una misión de misiones o de un propósito existencial relevante. A la fecha, este reto es más complicado que en otras épocas, considerando que el pensamiento postmoderno niega que la vida humana tenga algún sentido.