La verdad de lo ocurrido ese 12 de octubre de 1492, cuando un extraño personaje, de los raros que en el mundo han sido, adornado de excelsas virtudes y comunes defectos, tuvo la suerte de encontrar lo que no estaba buscando.

Lo que hace Colón no es descubrir América; que no lo hizo, sencillamente, porque ya estaba hecho. Su obra es otra y muy diferente: abrir horizontes infinitos a la humanidad; derrumbar a la Edad Media, a la que, a pesar de que le había pasado su hora, seguía como peso muerto; revolucionar la ciencia, poniéndola patas arriba; relajar la política, la religión, la filosofía, que lo convirtió en el ser trascendental de la humanidad. De todo lo cual es, lo más maravilloso, que ni se dio cuenta, constituyéndose así una fantástica paradoja.

¿Hubo cartas marcadas en la hazaña precolombina?
¿Fue una utopía o un negocio tiznado de antecedentes dolorosos?

Un equivocado afortunado. Es en este orden de ideas en el que ubicamos a Cristóbal Colón, correspondiéndole a España la suerte en la ruleta que jugaba el genial navegante, tal vez por la impronta de Isabel de Castilla al imponer su voluntad.

Que Colón No Descubrió América, es un hecho casi innegable, pero por fortuna, nuestro hombre, no solo superó expectativas, sino que se convirtió, a pesar de haber muerto en la más absoluta desolación física y moral, en el "Hombre Histórico" más importante de todos los tiempos. No tanto él sino su "impronta", que lo coloca como el "factótum" del mundo moderno. leer todo...