Érase una vez un pequeño niño de 9 años de edad, de contextura delgada, piel trigueña, cabello corto, negro y lacio, con grandes ojos azules. Él niño llamado Tred, vivía en una casa muy pequeña junto con su madre Lethda, quien trabajaba vendiendo productos, de casa en casa alrededor del pueblo o en la ciudad. Tred permanecía solo en su casa ya que su mamá trabajaba desde muy temprano hasta muy tarde, pues Lethda salía a trabajar a las 0700 a.m. después de haber llevado a Tred al colegio, y regresaba entre las 0900 p.m. con mayor frecuencia; por lo tanto Tred cuando salía de la escuela a las 1200 m., iba solo a su casa y así se encontraría por el resto del día. Tred no era el niño más aplicado en la escuela, le iba muy mal, pues no aprobaba la mayoría de las asignaturas. Un día viernes después de la escuela no tenía ánimo de hacer los deberes de la escuela, así que empezó a jugar, pero no tenía con quien divertirse, entonces sentado en el sofá de su casa comenzó a hablar solo. leer todo...