Viviendo día a día el duelo por mi padre, Cada amanecer es distinto desde que te fuiste,
el sol sale, pero no calienta igual.
Tu ausencia pesa como madera sin tallar, como guitarra sin cuerdas, como casa sin techo.

Camino por los días con pasos lentos, como si el tiempo se hubiera vuelto más denso.
Tu voz aún resuena en los rincones del alma, y en el silencio, te escucho mejor que nunca.

Fuiste guía, raíz, refugio.
El que con manos firmes y humildes construyó no solo muebles, sino también valores, respeto y hogar.

Hoy, cada recuerdo es una chispa de luz en medio de esta sombra que me acompaña.
Y aunque el dolor no se va, aprendo a caminar con él, sin dejar que me detenga.

Porque vivir tu ausencia es también honrar tu presencia.
Y cada día que respiro, es un día más que te llevo conmigo. leer todo...

Dejando huellas
Cada paso que damos en comunidad, cada espacio seguro que creamos, cada joven que elige la vida sobre la violencia, es una huella de paz. Y tú, joven lector, también puedes dejar la tuya