EL FUTURO DE LOS NINIS EN EL MUNDO

En las últimas décadas, el fenómeno de los Ninis, jóvenes que no estudian ni trabajan, se ha consolidado como una de las expresiones más preocupantes de la exclusión social en el mundo. Más allá de ser una categoría estadística, los Ninis representan una generación atrapada entre un sistema educativo que no responde a sus realidades y un mercado laboral que les cierra las puertas. Esta situación no solo pone en riesgo su bienestar individual, sino que también amenaza la cohesión social, la sostenibilidad del desarrollo económico y el equilibrio generacional de las sociedades, tanto en el Norte global como en América Latina.
La magnitud del problema no puede ser ignorada. Millones de jóvenes, en su mayoría entre los 14 y los 28 años, están quedando fuera de los principales canales de movilidad social. Esta exclusión sistemática contribuye a la reproducción de la pobreza, al debilitamiento del tejido social y a un clima creciente de desconfianza intergeneracional. Además, expone a los jóvenes a riesgos como la informalidad extrema, la criminalidad, la migración forzada o el deterioro de la salud mental.
El aumento permanente de esta población evidencia fallas estructurales profundas: pedagogías desactualizadas que no dialogan con los nuevos lenguajes juveniles, brechas de género que afectan de manera desproporcionada a las mujeres jóvenes, estigmatización social que tilda a los Ninis de vagos o inadaptados, modelos económicos excluyentes, y una falta crónica de políticas públicas articuladas, preventivas y transformadoras.
La desvinculación de los jóvenes del sistema educativo y productivo no es un acto individual, sino el resultado de múltiples factores interrelacionados: contextos familiares frágiles, violencia estructural, crisis económicas recurrentes, barreras territoriales, discriminación y una profunda desconexión entre los discursos institucionales y las expectativas de las nuevas generaciones.
A medida que se profundiza la distancia entre los jóvenes y leer todo...