Historia del conflicto armado en Colombia N° 9
El 30 de agosto de 1996, 415 terroristas del Bloque Sur de las Farc atacaron por sorpresa y arrasaron la base militar de Las Delicias, ubicada a orillas del Río Caquetá. Después de 17 horas de fieros combates, 28 militares perdieron la vida, 60 fueron secuestrados y 15 quedaron heridos de gravedad.
El improvisado cuartel era un sencillo conjunto de kioscos, construido al estilo maloca indígena, y habitado sin los criterios tácticos y técnicos inherentes a una fortificación militar.
Su precaria protección era una línea perimétrica de rudimentarias trincheras de madera y tierra. Esto refleja el olvido de los sucesivos gobiernos colombianos, por el bienestar y dotación bélica de los de héroes inéditos, que defienden hasta con sus vidas, la soberanía, la integridad y la institucionalidad del país. Y, que además son la única representación estatal, donde los demás ministerios brillan por su ausencia.
Igual que sucede en toda crisis, el demoledor asalto sacó a flote graves realidades. Olvidado en medio de la manigua, este puesto militar carecía de refugios construidos en concreto reforzado, túneles de protección, enmallados exteriores, reflectores, y de un plan de barreras consistente.
Origen humilde y escasos recursos económicos, es el común denominador entre los 28 militares muertos y los 60 secuestrados en Las Delicias. Allí no pereció ningún hijo de familias de estratos cuatro, cinco o seis.
Tampoco, perecieron, ni fueron heridos, ni cayeron secuestrados, familiares de los sabihondos estrategas de escritorio; ni de los improductivos negociadores de paz, ni de los congresistas, ni de los diputados, ni de los gobernadores, ni de los ministros, ni de los embajadores, ni de los directores de institutos, ni de los columnistas de opinión, que saben más de la guerra, que los mismos militares.