El espíritu de las historias recorre las viejas anécdotas, las fachadas de las casas, los jardines abandonados...
Recoge rostros que no fueron, ausencias que se convirtieron en fantasmas, sospechas que se entretejen entre las estatuas y las ramas de los viejos árboles, aguas que ya no fluyen de las fuentes entre pájaros que ya no cantan...
Revive en una palingenesia lo que no fue, lo que pudo ser, lo que cayó del olvido, lo que se borró de las huellas borradas por el fulgor de las primaveras...
Esas historias susurran escondidas en los repliegues de la vida y se abren tras el cristal de la tarde. A veces, son sueños vanos del atardecer, cuando todo parece durar por siempre y se desvanece en el instante. A veces, son pesadillas entre las alas negras de la noche...
Solo quedan las historias. Perdidas y halladas, soñolientas y lúcidas, ramificadas y pivotantes en el pozo profundo de la inconciencia....Solo quedan las historias. leer todo...

Saber el sabor del alma. Despertar la interioridad. Es el camino de la Poesía. Más allá del Negocio y de las conspiraciones, el ámbito que recrea la libertad es el que toma la Palabra en su infancia y construye el mundo, lo hace nuevo y lo entrega.

Después de la Creación, la Entrega es la culminación del Hacer humano. Dejar y dejarse, comunicando. Dejar que el Otro, devenido en Tú, nade el transfondo de su propio ser desde la corriente de tus aguas.
Entregar es saber del alma y despertar el ser que espera. Esta es la sincera alegría de la búsqueda, ésta es la plenitud del verbo que nadie puede arrebatarnos. Esta es la luz que transita sin poseer.
Es el repicar de las campanas, allá en lo alto del edificio espiritual, que cantan el silencio, cuando los sentidos son vehículos y vínculos en la mañana de los que se encuentran hacia lo que no es visto ni oído, hacia la experiencia interior, la solidez de los recuerdos, la tristeza fecunda, la soledad que plenifica, la paz de los jardines que no caducan, en encuentro con uno mismo, la sensación de Dios. leer todo...

La ex pareja de una docente que ha desaparecido, encuentra, en su búsqueda, anotaciones en la que relata su peregrinación por el norte argentino a raíz de una serie de libros que rescata de una biblioteca que están quemando.
El relato se retoma enmarcando la vida de esta mujer en medio de personajes que, con su actuación darán la clave de las causas de la decadencia social Argentina.

Agar mira el desierto con infinita nostalgia. Contiene las lágrimas. "No llores" parecen decir los recuerdos mientras los colosales monumentos funerarios se van borrando en un horizonte de arena. Cierra el velo sobre su cara, y recostada en el edredón de la tristeza, se apronta a dormir las horas de la oscuridad y los vientos, ella, que conoció la suavidad de las aguas, y la abundancia de los manjares, será la esclava más pobre de la más pobre de las tribus del desierto. Y de una mujer, de la bella Sarai, la mujer del Patriarca, por orden del poderoso Sesotris, a quien no se le dice ni sí ni no, porque no se existe frente a él, sino como una prolongación de su voluntad. leer todo...