En el transcurso de mi vida,
toco mis emociones, las cuales siempre me llevaron
a tomar un lapicero y escribir,
plasmar lo que me inunda
es la extensión de mi.
Estudie en un gran colegio
cuya directora fue Enriqueta López Albujar,
la hija del consagrado escritor.
A mi padre lo recuerdo
siempre puestos sus lentes,
y un libro en la mano.
Sueño y río con lo que veo,
me entristezco y reclamo todo a la vida,
sobre mis hojas.
Se abre el canal de mis sueños
y mi imaginación fluye libre,
la dejo ser y no me entrometo,
esa soy yo.