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Aprende a conservar tus libros

El tiempo de vida útil de tu libro dependerá del uso y cuidado que tengas con el:

  • Nunca guardes tus libros en cajas. Si los tienes allí, ¡retíralos inmediatamente! pues se dañarán mucho más rápido.
  • Mantén los libros siempre de pie, formando un ángulo recto con el estante, recostado en otro libro, uno al lado del otro.
  • Evita presionarlos uno contra otro; el libro necesita deslizarse suavemente al ser retirado del estante. Es fundamental que eso ocurra sin que haya una fuerte fricción entre ellos. De lo contrario, será necesario retirarlo con fuerza por el lomo, aumentando las posibilidades de dañarlo. Los libros apretados favorecen la aparición de termitas.
  • Mantén tus manos siempre limpias. No comas o bebas nada cerca a los libros; pueden ocurrir accidentes.

  • Escoge bien el lugar donde guardarás los libros: la luminosidad excesiva daña las carátulas y la humedad deforma tanto las carátulas como las páginas internas. Por lo tanto, mantenlos lejos de los rayos del sol y la humedad.
  • La polución y el polvo son dañinos para nosotros y también para nuestros libros. Debemos mantener los libros libres de polvo. Olvida los paños húmedos, o cualquier tipo de material de limpieza. Ellos disminuyen el tiempo útil de tus libros. Limpia siempre los estantes y las carátulas de los libros con una vayetilla seca.
  • Existen profesionales especializados en la limpieza de bibliotecas que son capaces de identificar y limpiar libros adecuadamente. No siempre lo que parece polvo, realmente es polvo; puede ser algún tipo de hongo y estos son peligrosos para nuestra salud; por lo tanto, deja esa pare para los profesionales. Recuerda, tu salud está por encima de la salud del libro.
  • Al consultar o leer un libro, presta atención a la apertura natural de éste. Es común pensar que al tomar un libro podemos abrirlo totalmente en un ángulo de 180 grados- y así, forzamos la apertura. Es verdad que el lomo puede quebrarse, tarde o temprano, de acuerdo con la calidad y tipo de material con el que fue encuadernado. Por eso, trata tus libros como un tesoro del saber que no va a servir solo para ti.
  • Imagino que debes tener algunos libros de “cabecera”. Estos son muy manoseados y necesitan cuidados eseciales. Al transportarlos, tenemos que preocuparnos por el camino recorrido por ellos. El sudor de las manos daña cualquier tipo de encuadernación. Para evitar ese daño, protégelos dentro de una carpeta.
  • No los cubras con con cinta adhesiva o papel de regalo, ¡dos de los grandes enemigos de los libros! Algunos libros son vendidos con carátulas de protección, que normalmente sacamos; lo que es un grave error, ya que esas protecciones gratuitas ayudan mucho en su conservación.
  • Tenemos la costumbre de dejar papeles, marcadores, cartas, hojitas, y pétalos secos dentro de los libros. A veces encontramos clips o incluso vestigio de alimentos dentro de ellos, pobres! Cualquier objeto, sea orgánico o no, deja marca en las páginas con las que tiene contacto. Con el tiempo, la marca pasará a las páginas adyacentes. Las arrugas causadas por el clip, corroe el papel, también la grasa, y la saliva de otros materiales, lo acidifican, volviéndolo quebradizo y con manchas amarillas. Lo importante es mantener el libro sin cualquier objeto dentro.
  • Nunca pases la página de un libro o revista mojando el dedo con la lengua. Eso puede atraer insectos y roedores al dejar vestigios de alimentos dentro de los libros. Puede ser también perjudicial para ti, al no saber quién fue el último que mojó el dedo para cambiar la página.
  • El libro debe ser constantemente manosaedo. Al darle vuelta a las páginas se oxigena el material, impide la acumulación de microorganismos, que atacan el papel  y colabora para que las hojas no queden resecadas y quebradizas
  • No guardes los libros en bolsas plásticas, pues eso impide la respiración adecuada del papel. Evita forrar los libros con papel oscuro o similar. Esa aparente protección contra el polvo, en realidad causa más daño que beneficio. El papel tipo pardo, de naturaleza ácida, transmite el ácido a los materiales que envuelve (migración ácida).
  • Haz un chequeo anual. Retira los libros,  límpialos con paño seco. Limpia el estante con un paño húmedo. Evita pasar  productos fuertes tipo lustra muebles, ya que sus residuos pueden inflitrarse en el papel. Deja espacio entre los estantes y la pared. La pared puede transmitir humedad a los libros. Y con la humedad, surgen hongos.
  • Los armarios y estantes deben ser aireados. Los estantes cerrados, deben ser periódicamente abiertos. Los estantes de metal son preferibles desde el punto de vista de la conservación de los libros.
  • Las encuadernaciones de papel y tejido no deben ser guardados en contacto directo con los libros de cuero.

Fuente: Elisa Kerr y Livros e Afins

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1 comentario en «Aprende a conservar tus libros»

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