Fueron diez los que quedaron atrapados bajo el domo de cristal mientras Hódító el padre, perdía la cordura tratando de liberarlos.

Los Célforas, custodios de la vida, idearon otra forma de llevar las piedras presiosas desde las canteras a la fundición. Ahora usaban un complicado método de transporte que les permitía burlar a los extraterrestres lanzándose las piedras preciosas con los pies.

Chen, el niño de corazón bueno, se perdió en las profundidades de la tierra y nunca entendió cabalmente lo que sucedía, todo era tan extraño y desconocido que solo pensaba en que esto era un sueño malo del que despertaría en algún momento.

Tardos, el viajero subterráneo que percibía los latidos de la tierra y se transportaba por tubos de loza a la velocidad del sonido, nunca dudó en cumplir esta nueva difícil misión, toda su vida se había preparado para el rescate de mineros y ahora que estaba seguro que la diosa de la luz lo acompañaba, se sentía con más fuerza que nunca.

¡La táctica imbéciles, la táctica!, gritaba Chen a la orilla de la cancha, mientras batía sus manos empuñadas como niño mal criado. "¡Los voy a encerrar cuando los tenga a mi lado, sartal de inútiles!" decía después, con la vista clavada al piso mientras se movía como león en jaula a la orilla de la cancha. leer todo...