"En un Lugar de La Mancha" aborda el arribo fantástico del son cubano a la capital colombiana, conocida a finales del siglo XIX y comienzos del XX como "La Atenas Suramericana" dada la cultura europea que su élite exhibía arrogante, pretenciosa y racista, creyéndose más inglesa que colombiana. Sin embargo, era una casta para nada ajena a cuanto acontecía en el mundo, por ejemplo, su juventud -constituida por jóvenes filipichines y damitas flappers- bailaban charlestones, fox-trots, pasodobles y tangos en los elegantes salones de sus clubes, hoteles y jardines de té al ritmo de las agrupaciones lugareñas y los discos vendidos en audiciones privadas, en salas, al interior de almacenes de mercancías importadas.

Entre tanto, en Cartagena de Indias, su acaudalada burguesía se acercaba a la música cubana, a instancias de la "relación oculta entre la ciudad costeña y La Habana", según Manuel Zapata Olivella, y gracias a los técnicos y jornaleros cubanos traídos para laborar en los ingenios azucareros de las sabanas del viejo Bolívar, contribuyendo al nacimiento del son colombiano, gestado entre poblaciones cercanas a San Basilio de Palenque y los vecindarios cartageneros habitados por negros, -los ancestros del Joe Arroyo-, transfigurándose el puerto en epicentro local del naciente son habanero en Colombia, sin imaginarse entusiasta alguno, los cimientos de la salsa colombiana, precisamente por músicos nacidos en esa gran región, pero radicados más luego en Bogotá y Medellín, metrópolis de la industria discográfica nacional, tópico que el autor abordará en los siguientes tomos.

"En un Lugar de La Mancha" es un interesante aporte, desde la conjetura, al estudio de cómo pudo comenzar en Colombia el fervor por la música cubana y después por la salsa, pese ser una crónica novelada e historiográfica más cercana a la ficción que a la realidad, peregrinando por sus páginas personajes inventados y reales como ... leer todo...