Chile en el Corazón

Toda aventura es irrepetible, conseguir volver de ella a casa una oportunidad fuera de serie, pero tener luego las memorias, la voluntad, y los recursos necesarios para relatarla, un regalo de la providencia. Chile en el Corazón representa para mí un viaje por el tiempo, hasta el año de 1993, un viaje hasta el país austral, del que quedaría prendado por numerosos motivos, pero sobre todo gracias a la gentileza de las personas que tuve la oportunidad de conocer por entonces.
De la entusiasta juventud de aquellos días la visión de un mundo distinto sigue vibrando en indelebles impresiones, cual hitos sensitivos que marcan una ruta, el recorrido por el vasto territorio sirve de escenario a este relato, en parte autobiográfico, en parte ensayístico, me ha servido para ubicarme en la otredad del joven aventurero con aspiraciones de poeta, cuya inmadura pluma tuvo que esperar por años, hasta que el espíritu consiguió los medios para realizarlo.
Buscamos un restaurante típico dentro del mercado Ya nos habían orientado en Rancagua respecto a la ingesta de alcohol en la Patagonia, ya que aquel tipo de establecimientos de restauración no poseían licencia de expendio de bebidas alcohólicas, y ahí entraba también el vino, por lo que muy discretamente uno debería dirigirse al camarero para preguntarle si tenían en casa "tecito frío", a lo que él respondería, "si, tecito de la casa", y serviría el vino camuflado en tazas de té. En ese punto, uno como amateur catador de vino ha de sentirse afortunado, pues un vino servido en aquellas condiciones equivalía a probar con los ojos vendados, no obstante, los vinos patagónicos no estarían considerados entre los mejores, pero tratándose de las circunstancias no dejaríamos pasar la ocasión, pues al fin probaríamos el Cancato, muy popular en la región. leer todo...