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EL EXPRESO DEL SOL

Al rescate de las historias antiguas de Bogotá

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Hubo una vez en que los bogotanos conocieron el mar... en tren. Sí, aunque hoy suene a mito de abuelos o a ficción de novela costumbrista, existió un tiempo en el que se podía abordar una locomotora en la helada sabana de Bogotá y, 26 horas más tarde, bajarse en la ardiente Santa Marta, con los zapatos llenos de polvo, los ojos llenos de paisaje y el corazón rebosante de país.

Ese tren se llamaba El Expreso del Sol, y más que un medio de transporte, fue una promesa: la de un país conectado, moderno, eficiente. Una cinta de acero que unía el altiplano con el Caribe, los pueblos con los puertos, los mercados con los destinos, las familias con sus vacaciones soñadas. Y como todo lo que brilla en Colombia, no tardó en oxidarse bajo el peso de la corrupción, la desidia y la burocracia de los gobernantes de turno.

Hoy, ese Expreso no existe. No hay rieles, no hay pitidos, no hay estaciones vivas. Solo quedan ruinas cubiertas de maleza, estaciones fantasmas, durmientes podridos, anécdotas polvorientas y una nostalgia que suena como un eco triste en la memoria colectiva. Pero no fue un accidente. Fue una demolición programada. Se le quitó el alma al ferrocarril a punta de contratos amañados, gerentes negligentes y gobiernos miopes. Y cuando el pito del tren sonó por última vez, no solo terminó un viaje: terminó una idea de nación.

El Expreso del Sol es, en muchos sentidos, un símbolo de lo que fuimos capaces de construir, y más aún, de lo que fuimos capaces de destruir. Este país que alguna vez se atrevió a surcar montañas y atravesar selvas con locomotoras a vapor, hoy no puede siquiera garantizar un viaje decente en bus sin que uno sienta que va en burro.

Pero aquí se están rescatando del olvido estas historias de riel y ceniza, de vapor y traición, para que no digan que nadie se acuerda, que todo fue normal, que el progreso siempre fue así de torpe y a medias.

Bienvenidos a estas Crónicas de Vapor, Polvo y Olvido, donde revivimos -con memoria crític
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editorial
edición del autor
disponibilidad
impreso bajo demanda
año edición
2025
n° edición
1
categoría
Comunicación
n° páginas
166
formato
17 x 24 cm (sin solapa)
encudernación
Rústico (pegado)
papel
Papel Blanco 75 Grs
color
Blanco y Negro
David Francisco Camargo Hernández

David Francisco Camargo Hernández
Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de posgrado.
INVESTIGADOR CVLAC COLCIENCIAS.
Conferencista internacional basando
los temas en sus propios libros. Propende por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010 algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas. Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento comprometido con los problemas de l leer todo...

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