Leoncio, como muchas personas tiene sueños impresionantes, pero de un tiempo a otro, estos sueños empiezan a volverse vívidos y adictivos, Leoncio cae en un complejo torbellino de emociones inexplicables, viviendo siempre en dos mundos, en el día como un empresario trabajador y laborioso, y en sus sueños como un húsar majestuoso, guiando a su consorcio a la conquista de las brumas para restablecer la paz ante el alzamiento del alcaide arcano, en los abismos profundos a los que ningún ser vivo y cuerdo haya podido salir.
Pese a la complejidad de la misión, Leoncio se ve comprometido al intentar engrosar su ejército, ya sea reclutando mercenarios a lo largo y ancho de los dominios de las brumas, o sea ganándose el favor de los gremios más poderosos que gobiernan ante las adversidades propuestas por seres míticos e indomables, esbirros del señor de los abismos, cuyo objetivo es erradicar cualquier forma viviente en la superficie, ya sea con sus gigantescos campeones, o con sus inagotables hordas de fieles guerreros, que amontonan y hacen agobiar a los ejércitos más sólidos de cualquier gremio.
Sólo Leoncio puede unificar a los gremios dominantes, para poder marchar a la morada del Alcaide arcano y ponerle fin a su azote agobiante. leer todo...