Siento el delicado susurro de un corazón perturbado; anhela gritar, llorar, amar, pero nunca callar. Junto al insomnio, se encargaron de alucinar con un paraíso lleno de maravillas peculiares, en el que las nubes tengan la mágica libertad de verse auténticas, sin temor al infierno de dolorosas etiquetas. ¿Morir poéticamente? Resulta una idea descabellada, pero la única en la que encuentro algo de sentido. Un corazón que alucina y un corazón que sueña.
No encontrarás un significado predefinido, solo sentirás el calor del significado que tu alma le dará a cada palabra.
Delirios, delirios. leer todo...