Química

Debo confesar que en la secundaria la materia Química no fue mi favorita, y lejos de ser en la que me destacara, logré memorizar cada uno de sus elementos, con símbolos, número atómico y todo, era la única forma de poder dibujar de manera mental la tabla periódica que por aquel entonces era la clave de todos los exámenes que llevaran formulas; pero lo más interesante de todo esto, fue el descubrimiento de cada una de las reacciones que se llevaban a cabo y cómo, aquellas combinaciones concluían en otras, en un ciclo infinito y difícil de detener.

Llevar esto a la vida real, y comprender que en cada cosa que hacemos existen reacciones químicas inevitables, y no por el cliché que nos han enseñado asegurando que cuando dos personas se conocen hay química, en realidad estas combinaciones de sentimientos dentro del cuerpo humano desencadenan millones de reacciones biológicas naturales y tanto es así que algunos se han atrevido a segurar que podríamos cambiar el destino del universo por la energía que esto transmite, como la partícula de Dios que según algunos reportajes de la ciencia ya se puede identificar y que es el hálito de vida en cada ser humano.

La química pura en cada una de nuestras células, explotan, se enlazan, reaccionan y ocasionan, que la piel se sonroje, se enchine, se erice, que acelere el corazón, que palidezca, que de sudor se invada, que afloren lágrimas desde los ojos en una mezcla de sal y agua.

Química necesaria en cada uno de nuestros actos, para tomar decisiones, para sobrellevar las penas, para entender lo que sentimos. leer todo...