Mario Celis Cobeña
Venezolano. Nacido en Las Mercedes del Llano, Estado Guárico, el 19 de Enero de 1952.
Cursó estudios en el Instituto Universitario Pedagógico de Maracay (I.U.P.E.MAR) en la cátedra de Física, comenzando la década de los años setenta; aunque abandona entonces la carrera docente en el octavo semestre, por razones de tipo político.
Dedicado luego a diferentes trabajos en la Agroindustria en el área de la ingeniería, por más de 30 años. En paralelo con ésto, se reincorpora al desempeño dentro de las artes plásticas, desde sus tiempos de residencia en su pueblo natal. Por aquella misma época, una vez en la ciudad, estudia en los talleres de los maestros: Alejandro Ríos, Arístides Mata Morales y Julio Meneses en Maracay; y, del maestro R. Mora Mora en la ciudad de Valencia. Desde el año 1975 a 1980. Actualmente, enseña en su propio taller.
Relatos Oníricos de La Atascosa
US$ 24,60una niña, artista especial popular en ciernes; que se hace acompañar en su destino, por un séquito de enigmáticas muñecas de trapo. Haciéndose mujer dentro de su propio drama muy particular, para la época en que le tocó vivir; hasta que muere ya bastante anciana, presa del desengaño e inmersa en las nebulosas de la locura: Bonifacia Alviárez. Es también la narración de dos historias paralelas llevadas en el verbo de su protagonista principal, Hilario Coba; que las va exponiendo mediante jocosos y satíricos relatos preñados de sus propias vivencias, encuadradas dentro de un mismo marco espacial y geográfico: El mítico pueblo de La Atascosa. Bucólica y campechana localidad de sólito enredada en un aura de misterio, ubicada en mero corazón del llano venezolano. El Estado Guárico. Salpicado de mitos y leyendas que harían palidecer al más envalentonado visitante citadino, como de hecho sucedió en muchos casos del pasado. Sin embargo hoy, ha quedado en el tiempo junto con sus cuentos, relatos, fantasmas, y sus tragedias... Escenario incluso de viejas guerras del pasado que alcanzaron su cenit en la medianía decimonónica, donde se confundían los espantos y aparecidos con los montoneros de uno y otro bando (Liberales y Conservadores). Pero además, embriagados por las ansias de dominio. La torva mirada de sus atrabiliarios gerifaltes, aviesos caudillos hasta iletrados y, una caterva de capitostes que los secundaban, clavada en el poder. Claro ejemplo de que no se vivía una ficción, como muchos lo creían justificando sus actos, dando de baja sin piedad a sus oponentes en una lucha fratricida; sino, la visión de un pervertido realismo mágico hollado por la bota militar -aun hasta por las alpargatas-, muy a lo latinoamericano. leer todo...
Relatos Oníricos de La Atascosa
US$ 21,30 la pampa venezolana. Salpicada ésta, a veces, con ciertas dosis de alegría mediante la anual aparición de un emblemático circo que los visitaba con sus espectaculares presentaciones pletóricas de histriones, saltimbanquis y, payasos; con el brillante colorido de sus abombadas y franjeadas carpas rematadas en la cima, por sus vibrantes banderines apuntando hacia el límpido cielo. Pero sin embargo, inesperadamente todo esto daría pie a la triste ocurrencia de un hecho convertido en horrible tragedia (como aquellas de cuando los antiguos griegos, tal vez, en que hasta los dioses de El Olimpo transfigurados en humanos hacían la diferencia para bien o para mal, de alguno de los involucrados); tal cual las pergeñadas por los mismísimos y conspicuos dramaturgos helenos de entonces: Sófocles y, Esquilo. De donde surgiría en el clímax de los acontecimientos, en pleno desarrollo, la pública materialización de la más cruda y premonitoria sentencia de uno de sus protagonistas masculinos, ya muerto prácticamente antes de empezar su juego, enrostrando a la mujer su inexplicable abandono. Viéndose obligado en consecuencia y, según su ofuscado mundo interior, a manifestar como única solución a su triste dilema final, que:
"...Aún no se habría enfriado por completo mi cuerpo, cuando sin entrar todavía en su rigor mortis te grite desesperado; cuánto te amé, y deseé. Pero tú. ¡Obstinada mujer! En un amargo y persistente rechazo has provocado que yo, yazca hoy aquí; donde ahora sin remedio, estarán viendo mi cadáver. Inmolado por amor, como holocausto supremo a nuestras vidas. A mi eterno amor, por ti...!" leer todo...
Relatos Oníricos de La Atascosa
US$ 22,40amparo de la noche furtiva...!), otras tantas podría decirse que normal, alegre y, hasta heroica. Pero siempre en ocasión del fortuito contacto, a veces inesperado, con una tierra noble y acogedora llamada Venezuela. Misma de por allá a principios del siglo veinte hasta su medianía y, la cual sin distingos mientras se aprestaran al trabajo digno y responsable, abría sus brazos a todo el que llegaba a ella, aun en plan de inmigrantes; y, pese a los gobiernos dictatoriales que de sólito entonces la regían. Adonde habrían venido aquellos desde otras latitudes en el mundo en busca de placer, conocimiento, empresa, riesgo; o, lo que fuera. Pero también, a refundar su muy particular linaje. Sólo que, en el caso de uno de éstos, ya señalados, como ocurrió con Chico Da Costa Freitas y, su joven esposa, Alfonzinha Orfao, habría de darse un feo desenlace que terminaría poniendo fin al sueño de una pareja; convertido de pronto, e inexplicablemente, en su más horrenda pesadilla. Jamás y nunca por ellos imaginada. leer todo...
Memorias del Punjab
US$ 23,10larga vida, para nuevamente llegar allí; a ese enigmático lugar que lo vio nacer. Impulsado todo el tiempo por la mítica fuerza de las tradiciones de su gente, su familia y, el gran amor por la antañona actividad familiar de hacer magia y llevar alegría a los demás. Inmerso para ello en el extraordinario y sorprendente mundo del circo de sus padres; heredado prácticamente cuando niño en la ciudad europea de Budapest, Hungría. Su segunda patria. Desde donde va creciendo por sí mismo hasta encontrar el otro amor de su vida: Helena Polidourius Stavroz. Quien lo ayudará con su belleza y talento a llevar sus sueños artísticos entre las carpas y el ensogado, por todo el mundo y, a su máxima expresión; tal como se lo marcara el mandato de sus ancestros. Que finalmente lo llaman para que se les una en su eterno descanso, así como ellos se lo habrían inculcado; donde llegado a este momento extremo, su esposa por voluntad propia sorprende a todos, decidiendo acompañarlo hasta su última morada. En aquel su máximo viaje, el más postrero y definitivo; afincada ella también, en la tradición de tan mágico lugar. leer todo...
Relatos Oníricos de La Atascosa
US$ 21,90emergiendo poco a poco como telón de fondo las incidencias y consecuencias de una guerra fratricida donde se vería involucrado de forma involuntaria, un amplio sector de la población que era siempre el que corría con los daños colaterales en dicho conflicto; tal y como ocurrió precísamente con aquel y sus vecinos. Obligando al pacífico y ponderado Florencio Antonio Palma en sus tiempos mozos, a participar en el llamado ?Ejército de la Dignidad?, en contra de un régimen tan maluco que los martirizaba; comandado por el insigne General Vallepascuence ?epónimo de su tierra?, Emiliano Acevedo Cermeño. Momentos aquellos que el joven va narrando con sus mismos actos dentro de su muy particular proceso de aprendizaje, yendo hacia atrás y adelante en el tiempo, como si lo hiciera maniobrando su propia y fantástica máquina; al más puro estilo del incomparable H. G. Wells. Siendo que, las casas en que sus ancianos parientes vivieron ?la de antes, su primer nidito de amor en tiempos de su juventud, la otra, ya viejos, donde siguieron siendo felices arrullados por el diario canto de los pájaros? y, no se sabe por qué extraño mecanismo del entramado espacio-tiempo, especie de portal temporal a través del cual el inquieto joven virtualmente se evadía, lo inspiraba de continuo en su aventura. En las que se llevaba a cabo un conjunto de fenómenos, reñidos con la clásica concepción de la física que debía regirlos; al menos hasta donde él era capaz de llegar, en la comprensión de tales cosas? Todo ello ocurre en un pueblito llanero de calles polvorientas; y, terrosos techos de zinc de campo petrolero abandonado. Señalado a veces, al parecer, por la ensangrentada guadaña de los Ángeles de la muerte. leer todo...
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