EPIGENÉTICA

La biología y la educación han tenido una relación de larga data y siempre plagada de peligros y posibilidades. Es así como en muchas naciones occidentales la biología ha sido parte clave de la investigación educativa centrada en el aprendizaje. Sin embargo, esta relación no ha estado ajena a situaciones que hoy podríamos repudiar. Es así como desde la frenología a los relatos genéticamente deterministas de aptitudes, habilidades y vida profesional, creencias sobre la transmisión familiar de la inteligencia y la cuantificación de un cociente de inteligencia, a la globalización del discurso eugenésico, la sexualización de la moralidad y la búsqueda de la discapacidad, lo que ha sido designado como "bio" ya ha sido criticado por las formas en que legitima y autoriza prejuicios particulares y preferencias por las jerarquías ontológicas existentes.

Sin embargo, las primeras décadas del siglo XXI han visto surgir otras cosas que, tal vez, no son enteramente reducibles a los debates precedentes. Algunas de las nociones que fueron dispu-tadas por el constructivismo social están siendo re-elaboradas tanto dentro como fuera de la academia. Las sociedades contemporáneas están constituidas por y se enfrentan a nuevas formas o afirmaciones sobre las potencialidades del pensamiento biológico.

Campos como la epigenética y la neurociencia son parte de la posibilidades que nos abre el siglo XXI. Si bien estos campos están generando nuevas incitaciones al discurso que animan divisiones más antiguas en torno a la mentalidad a favor o en contra de la biología, en algunos casos afirman informar y converger con los pro-pósitos de la educación, y en otros se los percibe como viejas amenazas adornadas en tecnologías nuevas y brillantes. leer todo...