AutoresEditores.com

EL CACHACO

Al rescate de las historias antiguas de Bogotá

Enlace
US$ 36,70
Leer algunas páginas

En los días en que Bogotá apenas aprendía a reconocerse entre montañas y contradicciones, apareció un término que, como casi todo en esta ciudad, nació envuelto en duda y orgullo: cachaco. Su origen, aún incierto, parece venir de alguna raíz indígena que viajó por las bocas de los españoles desde las Antillas hasta los Andes, adaptándose, sobreviviendo, mutando. Lo curioso es que su primera aparición conocida en la Nueva Granada no aludía precisamente a la elegancia: hacia 1833, el periódico El Cachaco de Bogotá, dirigido por Florentino González y Lorenzo María Lleras, usó el vocablo para referirse con ironía a los jóvenes liberales y civilistas que se rebelaban contra la dictadura de Rafael Urdaneta. Eran los mal vestidos, los idealistas, los que creían que con una corbata torcida también se podía cambiar el país.
Pero el humor político tiene sus efectos secundarios: aquellos redactores, con más ingenio que ropa planchada, lograron lo impensable. Reivindicaron la palabra. Lo que comenzó como burla terminó convertido en símbolo de distinción. Para mediados del siglo XIX, ser cachaco ya no era sinónimo de desaliño, sino de refinamiento. Los mismos jóvenes que antes desafiaban el poder se transformaron en abogados, poetas y burócratas que discutían el libre comercio entre sorbos de café. Los antiguos rebeldes de saco gastado se convirtieron en el modelo del buen gusto bogotano: hombres de ideas ilustradas, defensores del verbo correcto, obsesionados con la compostura.
Detrás de esa metamorfosis había un mensaje político disfrazado de elegancia. Quienes se apropiaron del término pertenecían a la élite que construiría el nuevo Estado y su imaginario cultural. Si los líderes del pensamiento, de la poesía y de la gramática se autodenominaban cachacos, el término no podía sino ascender en el escalafón simbólico. Ser cachaco pasó entonces de ser una posición ideológica a ser una actitud estética: la de mirar a Europa mientras se tomaba chocolate en la Candelaria,
leer todo...

editorial
edición del autor
disponibilidad
impreso bajo demanda
año edición
2025
n° edición
1
categoría
Comunicación
n° páginas
207
formato
17 x 24 cm (sin solapa)
encudernación
Rústico (pegado)
papel
Papel Blanco 75 Grs
color
Blanco y Negro
David Francisco Camargo Hernández

David Francisco Camargo Hernández
Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de posgrado.
INVESTIGADOR CVLAC COLCIENCIAS.
Conferencista internacional basando
los temas en sus propios libros. Propende por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010 algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas. Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento comprometido con los problemas de l leer todo...

Evaluaciones de los lectores
Este libro todavía no ha sido evaluado.